GABRIELA PÉREZ DEL SOLAR, LA CENTRAL IMPARABLE

Tocó el cielo con las manos. Se ganó un sitio en el Salón de la Fama, cuarto puesto en los Juegos Olímpicos 1984, medallista de bronce en el Campeonato Mundial 1986, subcampeona en los Juegos Panamericanos 1987, subcampeona en los Juegos Olímpicos 1988 y tetracampeona sudamericana.

Nació en Ica, ciudad del eterno sol, el 10 de julio de 1968. Su romance con el deporte brotó desde la niñez, dado que sus primeros saltos los dio bajo un tablero de mini básquet. Sin embargo, el destino tenía otros planes. En tiempo récord, a los 13 años de edad, se cansó de anotar canastas en el Colegio Nuestra Señora del Carmen y decidió jugar voleibol en el club Bancoper. El asombro de los entrenadores no tardó, pues sus cualidades técnicas y sus 1.94 metros imponían respeto.    

De allí en adelante, aprovechando su increíble estatura y su amplio repertorio en definición, se convirtió en una extraordinaria atacante central. Justamente, ese balance perfecto entre talento y físico la llevó a la selección peruana de voleibol. ‘Gaby’ dio pasos agigantados en todas las categorías menores, dado que no había manera de pararla e incluso daba una mano extra en los ‘bloques’. Por ende, ese potencial pocas veces visto, llenaría los ojos de Man Bok Park. La conexión con Mr. Park fue inmediata.     

Sin lugar a dudas, su consagración llegó en la categoría absoluta junto al mítico entrenador coreano. La enorme central tenía la facilidad de romper bloques y situar balones a su antojo, puesto que su tamaño le permitía una vista privilegiada.

Muchos peruanos aún recuerdan el partido contra China por las semifinales de los Juegos Olímpicos Seúl 1988, ya que fue una de las máximas anotadoras y una de las mejores sacadoras del decisivo encuentro. Además, fue la mejor bloqueadora en la Copa Del Mundo 1991 e incluso fue parte de la histórica remontada ante Brasil por la gran final del Campeonato Sudamericano 1993.

 Definitivamente, ‘Gaby’ escribió una las páginas más importantes en la historia del voleibol peruano. Tocó el cielo con las manos y le dio al vóley sus años mejores. (I.S.)

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